Según la Dra. Stacie J. Stephenson, médica especializada en medicina funcional e integrativa y autora del próximo libro “Glow: 90 días para crear una vida vibrante desde adentro”,
Cuando la mayoría de las personas piensan en grasa corporal, se refieren a la grasa blanca. Esta grasa blanca puede acumularse debajo de la piel y alrededor de los órganos, lo que la convierte en la grasa visceral más perjudicial para la salud.
Sin embargo, también tenemos otro tipo de grasa llamada grasa marrón o grasa parda, que en realidad es beneficiosa para nuestro metabolismo, nivel de azúcar en la sangre y energía.
Tenemos una cantidad considerable de grasa marrón o parda cuando somos bebés; pero disminuye con el tiempo
Afortunadamente, hay formas de activar nuestra grasa parda existente e incluso evidencia de que podríamos convertir la grasa blanca en grasa parda útil. A continuación, la Dra. Stacie J. Stephenson, médica especializada en medicina funcional e integrativa, nos lo explica en detalle.
Grasa blanca
La grasa blanca es la que el cuerpo almacena como reserva de energía para usar posteriormente. Todos necesitamos una cierta cantidad de grasa blanca; pero un exceso de esta puede afectar negativamente el metabolismo y las hormonas.
Grasa marrón o parda
Por otro lado, la grasa marrón o parda es un tipo diferente de grasa que resulta beneficiosa. Cuanta más grasa parda tengamos, mejor. Su función principal es mantenernos calientes, ya que quema azúcar y ácidos grasos para generar calor y mantener la temperatura corporal dentro de un rango seguro. Esto puede ser especialmente útil para las personas con niveles altos de azúcar y grasa en la sangre.
Entonces, ¿cómo podemos activar nuestra grasa marrón o parda existente? Hay dos formas principales:
1. Exposición al frío
La grasa parda comienza a activarse antes de que comencemos a temblar. En condiciones cálidas, la grasa parda permanece inactiva, pero si reducimos la temperatura, comenzará a quemar azúcar y grasa para mantenernos calientes. Por esta razón, algunas personas recurren a terapias de crioterapia o sumergirse en agua fría.
2. Ejercicio
Aunque los científicos no están completamente seguros de por qué, el ejercicio parece activar en cierta medida la grasa parda, a pesar de que el ejercicio generalmente genera calor en lugar de enfriar. Una teoría es que el ejercicio quema glucosa y grasa en el cuerpo, lo que podría reclutar la grasa parda para ayudar en ese proceso.
En cuanto a convertir la grasa blanca en grasa parda, técnicamente es posible; pero no ocurre fácilmente. Parece ser una adaptación gradual en respuesta a un cambio drástico en el entorno. Algunas investigaciones sugieren que la exposición prolongada al frío podría aumentar naturalmente las reservas de grasa marrón o parda.
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